Se trata de una experiencia basada en el trabajo de los últimos años relacionado con el fomento de la lectura. Para aprender un idioma, consideramos primordial la lectura ya que nos hace vernos inmersos no sólo en el idioma sino en la cultura, el contexto, el razonamiento, la forma de pensar etc.
Los alumnos funcionan mal si les obligamos a leer libros concretos por lo que desde hace tiempo ellos pueden elegir lo que quieren leer. No pasa nada por leer algo que a priori es para niños más pequeños o mayores. Pueden leer comics, instrucciones de un aparato, un folleto, una revista, un libro etc. Todo es lectura, incluso leer imágenes es leer. Las primeras semanas de clase se “me olvidan” libros encima de las mesas para que les pique la curiosidad. Cuando he conseguido que ya estén cogiendo libros para casa, les hablo de los derechos del lector y así se sienten importantes.
Una de las cosas que tengo clara que con todos los libros no se tiene que hacer una ficha. Quiero que los niños disfruten de la lectura por lo que de una manera aleatoria tienen que hacer un poster para la publicidad de un libro, grabar un mini spot del libro, hacer un cómic con los personajes, cambiar el final del libro etc.
Uno de los factores más importantes es que el profesor tiene que conocer la lectura que tiene en su clase. Lo ideal sería leer todos los libros que haya en su “library”. Esto no es realista y es más bien difícil. No obstante, hay que conocer la gran mayoría de ellos y hablar con los chicos para conocer opiniones, gustos, dificultades etc.
Cristina de Vega Benavides
Muy buena propuesta.
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